El sábado por la mañana desde Huelva vimos una torre de humo que inquietaba a cualquiera que la mirara. Nos preocupamos. Pensábamos que venía de algún edificio, de alguno de nuestros bosques, de la fábrica, de algún pueblo. Más tarde, casi a la una, ya en la plaza comprando el esqueleto del frigoríco, descubrimos que aquel fuego venía de otro mundo, un lugar lejano pero conocido, el mismo del que vienen las personas que recogen los frutos rojos que aquel mismo día compré. Así era, las llamas incendiaban el Asentamiento de Palos de la Frontera, allí donde viven más de 500 personas. Al decirlo en voz alta, algunos corazones quedaron…
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38 menos
Un 25N donde las mujeres onubenses expresaron su indignación por la violencia machista El 25 de noviembre me sumergía entre una multitud morada, acogedora y combativa. Mientras encontraba mi hueco, que más tarde descubrí que eran todos a la vez, me iban acompañando melodías cargadas de frases que punzaban mi pecho y me retorcían por dentro.
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El ‘pole dance’, un deporte inclusivo que une y empodera a quien lo practica
Huelva cuenta tan solo con una academia que reúne a más de 120 alumnas y alumnos de diferentes edades. La situación de Delarte Pole Studio no pasa por su mejor momento y sus responsables buscan relevo y apoyos económicos para no declarar el cierre.
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Enfermos de intolerancia
Había una vez, en algún lejano lugar del tiempo y el planisferio, un pueblo que se contentaba con el blanco y negro para dibujar los trazos de sus vidas.
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Eso quiero: ir al médico si lo necesito
Cuando te duele la tripa, la fiebre asciende, te molesta el caminar o sientes que, simplemente algo no va bien, buscas una mano hospitalaria que ponga remedio a tu malestar.
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Con el agua al cuello
Vuelan flamencos, gaviotas, golondrinas y cigüeñas. Recorren miles de kilómetros en busca de un lugar para hacer el amor en los veranos templados del norte.
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¿Subes o bajas?
La lobreguez de la sala queda interrumpida por las guías luminosas que sirven de mapa ante la inmensidad de lo ignoto. Entre luces, sientes que tu cuerpo se reduce, se eleva y comienza a formar parte de las estrellas que iluminan la estancia.
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Felicidades, mamá
Las figuras se retuercen por el cuadro, se enroscan como serpientes que no quieren separarse y buscan, en ese pillapilla, un instante eterno de felicidad compartida.
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No lo llames piropo, llámalo acoso
Quizás tú también cambiaste de acera porque viste en aquel grupo un riesgo para tu integridad. Ellos se reían, se sentían seguros mientras te propinaban palabras obscenas.
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En llamas
Cae la noche ingenua y desprevenida. El bosque te protege del viento que ruge fuerte, lastimando tu piel bronceada por el sol. Una jornada dura, piensan tus pies, que casi no se levantan del suelo.