Después de un arduo curso escolar, el verano auguraba mañanas calurosas a orillas del mar acompañada con el rasgueo del pasar de las páginas. Aquellos textos venían recomendados por hechiceras que creían que esas centenas de cuartillas podrían entretenerme, enseñarme o, quizás, transformar el curso de mi vida.
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Un hogar donde sentirse a salvo
Ante una situación de fragilidad los seres humanos necesitamos sentirnos a salvo. Protegerse ha sido una de las necesidades cardinales de nuestra historia.
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Encendamos el sentido común
Aún envuelta entre trapos gruesos y abultados, tu mandíbula tiembla presa de la frigidez que te circunda. La movilidad queda limitada y tus manos, entumecidas y hendidas, se entrelazan buscando el fervor que necesitan.
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Los únicos reyes en los que creo
La noche, repleta de hechizos y promesas mágicas, fue siempre vivida desde la ilusión y el entusiasmo. Cuando era pequeña escuchaba como mis amigas describían una jornada eterna, insomne, vigilantes y nerviosas por oír ruidos enigmáticos tras la puerta.
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Gracias a la ciencia
Cuando diciembre comienza a hacer las maletas, tu memoria empieza a tejer las vivencias imborrables de los días que volaron hasta llegar a su fin. Buscas la lista de voluntades y compruebas que, aunque muchas de ellas estén tachadas con una tenue línea, algunas de tus promesas se quedaron a medio gas.
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La odisea de volver
La voz de megafonía anuncia que lo que era destino se ha convertido por fin en origen. La agitación de tus manos desenmascara el nerviosismo por querer llegar después de horas viajando entre vagones, esperas y aeropuertos.
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Mucho cuidado
Cuando jugabas a través de los hilos de tu infancia, pocos fueron los momentos que pasaste en soledad. Mi madre hacía lo imposible para que yo no estuviera sola. Cuando tenía que ausentarse, siempre buscaba un apoyo vecinal que la socorriera.
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Sin desperdicio
Abro el frigorífico y allí está: caduco, mohíno, casi descompuesto. Un alimento que ha terminado con su consumo preferente y que yo, falta de reloj, oportunidad o conocimiento, no he sabido aprovechar para no tirarlo a la basura.
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Luces y sombras
El viernes por la tarde, ya entre sombras, salí de casa después de terminar unos escritos. Me había dado poca luz aquel día y necesitaba un hálito de aire fresco.
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Este virus sigue sin vacuna
Toque de queda. Las puertas se cierran. Dentro de estas paredes queda todo: mi hogar, mi fervor, mi alimento. Advierto un ruido. Intuyo gritos, leves golpes que se mezclan con la barahúnda del edificio. Quizás de puertas para adentro, en vez de reposo, otras reciban incuria e infierno.