El cierre de la cremallera taladró la cabeza dubitativa de Afla. Sintió cada pistón como si fueran pequeñas agujas que jugaban distraídas con su futuro. Hacía ya semanas que tenía lista su maleta, siempre detrás de la puerta. Miró a su hija, aún entre musarañas, y reconoció el miedo desbordando sus profundas pupilas que aún no llegaban a comprender la magnitud de la situación. Su risa juguetona se mezclaba con los estruendos de las calles.
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La mascarilla: doble barrera para la comunidad sorda
Hacer la compra se ha convertido en un ritual. Cojo mascarilla, guantes y desinfectante. Mi nivel de atención se ha incrementado, no quiero que se me olvide nada en la otra punta de la casa porque tendría que deshacer mis pasos con todo lo que ello supone. Al llegar al supermercado me limpio los guantes con gel y añado otros transparentes a la suma. Cuando termino toda la coreografía de calles y carros, paso por caja y siento alivio. A mi lado detecto que la cajera está en apuros. Mientras espero, me fijo que una pareja intenta decirle a la dependienta qué chocolate quiere. Utilizan toda clase de artimañanas. Dedos,…