La piedra sin labrar y las ramas de los árboles sostienen las aldeas tempranas de una prematura civilización. Los campos ricos en hortalizas descansan al calor del cuidado para nutrir a familias anhelantes de conseguir la estabilidad de un hogar.
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La fiesta de los colores
Los globos inundaban el patio de la casa mientras los jóvenes correteaban entre el rosa buganvilla y el blanco del jazmín. La hiedra copaba de verde toda la escena y una mesa despampanante reinaba la solana con bocadillos para el descanso.
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Urdimbre social
Mi abuela, sin hablar, hilvana las costuras que la vida le ha ido dejando. De manera laberíntica, junta cada uno de los hilos formando una urdimbre impecable de colores y texturas.