Navegar por internet, llenar la cesta y tramitar el pedido. Comprar, consumir y se acabó. Una mujer también puede ser comprada y vendida una vez, veinte o treinta veces al día. Y mañana otra vez. Como si fueran peces dentro del mar, son capturadas por redes abominables donde el engaño y la desesperación son el mejor anzuelo.
-
-
El valor del cuidado
Caminaba en la encrucijada de un atípico verano cuando una niña me sacó de mi ensimismamiento con sus alaridos. -¡Yo quiero viajar, mamá, quiero viajar como siempre! -Repetía incansable. Esa eternidad escondía una tierna inconsciencia que su madre apaciguó con cariño y dosis de realidad.