• Colaboraciones,  Opinión

    El ministerio de los cuidados

    Sumergida en la lobreguez de la noche, recuerdo cuando alguna punzada de dolor venía a visitarme. Tímidamente caminaba de puntillas hacia la habitación de mis padres, me ponía al lado de mi madre y le susurraba que había algo que hacía daño. Ella, desposeída de la pesadez de quien duerme profundo, se levantaba como una felina sigilosa, me preparaba un vaso de leche caliente y después se sumergía en la bóveda de mis sábanas. Mientras yo me convertía en ovillo, ella me abrazaba y era así como calmaba cada una de mis estocadas.

  • Colaboraciones,  Opinión

    Libros que liberan

    Después de un arduo curso escolar, el verano auguraba mañanas calurosas a orillas del mar acompañada con el rasgueo del pasar de las páginas. Aquellos textos venían recomendados por hechiceras que creían que esas centenas de cuartillas podrían entretenerme, enseñarme o, quizás, transformar el curso de mi vida.

  • Opinión

    Gracias a la ciencia

    Cuando diciembre comienza a hacer las maletas, tu memoria empieza a tejer las vivencias imborrables de los días que volaron hasta llegar a su fin. Buscas la lista de voluntades y compruebas que, aunque muchas de ellas estén tachadas con una tenue línea, algunas de tus promesas se quedaron a medio gas.

  • Opinión

    La odisea de volver

    La voz de megafonía anuncia que lo que era destino se ha convertido por fin en origen. La agitación de tus manos desenmascara el nerviosismo por querer llegar después de horas viajando entre vagones, esperas y aeropuertos.

  • Opinión

    Mucho cuidado

    Cuando jugabas a través de los hilos de tu infancia, pocos fueron los momentos que pasaste en soledad. Mi madre hacía lo imposible para que yo no estuviera sola. Cuando tenía que ausentarse, siempre buscaba un apoyo vecinal que la socorriera.