Navegar por internet, llenar la cesta y tramitar el pedido. Comprar, consumir y se acabó. Una mujer también puede ser comprada y vendida una vez, veinte o treinta veces al día. Y mañana otra vez. Como si fueran peces dentro del mar, son capturadas por redes abominables donde el engaño y la desesperación son el mejor anzuelo.
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El valor del cuidado
Caminaba en la encrucijada de un atípico verano cuando una niña me sacó de mi ensimismamiento con sus alaridos. -¡Yo quiero viajar, mamá, quiero viajar como siempre! -Repetía incansable. Esa eternidad escondía una tierna inconsciencia que su madre apaciguó con cariño y dosis de realidad.
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Esenciales pero sin derechos
La piedra sin labrar y las ramas de los árboles sostienen las aldeas tempranas de una prematura civilización. Los campos ricos en hortalizas descansan al calor del cuidado para nutrir a familias anhelantes de conseguir la estabilidad de un hogar.
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La fiesta de los colores
Los globos inundaban el patio de la casa mientras los jóvenes correteaban entre el rosa buganvilla y el blanco del jazmín. La hiedra copaba de verde toda la escena y una mesa despampanante reinaba la solana con bocadillos para el descanso.
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Urdimbre social
Mi abuela, sin hablar, hilvana las costuras que la vida le ha ido dejando. De manera laberíntica, junta cada uno de los hilos formando una urdimbre impecable de colores y texturas.